Justo ahora, que todo se torcía, que me acechaba como un lobo estepario conocido uno de mis ataques de depresión quejosa, el humor de un blog me hace sonreir. Y no es justo, porque si uno, en un momento aciago y tristón, entra en un periodo de auto-lástima y soledad sin cuento, no está bien que leer los textos de otro ser humano le hagan a uno poner cara de anuncio de dentífrico... Te echan por la borda un maravilloso fin de semana de lágrimas contenidas y odio soterrado.
Tengo derecho, como cualquiera, a tener unos dias negros en los que no se encuentra la salida y en los que el Minotauro parece que te va a destrozar impepinablemente. (¿Sé aclaró de que forma te destrozaba?).
Esos días en los que crees que nadie te quiere y que presientes una nueva victoria de los conservadores... en cualquier país.
Y justo ahora, como digo, alguien con una mente fresca y abierta, original y atrevida te recuerda que son solo dos días los que se viven, como para perderlos en quejas inútiles y sin sentido.
Y la culpa es de "Peluche"... que se sepa. Que con su ironía fina y su sabiduria enorme, me ha devuelto en unos minutos la alegría de vivir y el gozo de los placeres...
Y eso, "Peluche", no se hace.
http://peluche.blogspot.com.es/
Gracias, Oscar Wilde.
(Publicado el 22/01/2006).
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