domingo, 3 de marzo de 2013

Peluche

Justo ahora, que todo se torcía, que me acechaba como un lobo estepario conocido uno de mis ataques de depresión quejosa, el humor de un blog me hace sonreir. Y no es justo, porque si uno, en un momento aciago y tristón, entra en un periodo de auto-lástima y soledad sin cuento, no está bien que leer los textos de otro ser humano le hagan a uno poner cara de anuncio de dentífrico... Te echan por la borda un maravilloso fin de semana de lágrimas contenidas y odio soterrado.
Tengo derecho, como cualquiera, a tener unos dias negros en los que no se encuentra la salida y en los que el Minotauro parece que te va a destrozar impepinablemente. (¿Sé aclaró de que forma te destrozaba?).
Esos días en los que crees que nadie te quiere y que presientes una nueva victoria de los conservadores... en cualquier país.
Y justo ahora, como digo, alguien con una mente fresca y abierta, original y atrevida te recuerda que son solo dos días los que se viven, como para perderlos en quejas inútiles y sin sentido.
Y la culpa es de "Peluche"... que se sepa. Que con su ironía fina y su sabiduria enorme, me ha devuelto en unos minutos la alegría de vivir y el gozo de los placeres...
Y eso, "Peluche", no se hace.

http://peluche.blogspot.com.es/

Gracias, Oscar Wilde.

(Publicado el 22/01/2006).

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