lunes, 24 de octubre de 2016

Encuentro

Al principio,
es apenas el roce de unos labios,
la insinuación de una caricia
de piel en la piel,
un murmullo de dedos en las cejas,
la sombra de las palabras
buscando las respuestas,
filigranas de miradas,
colisiones de estrellas,
un sueño brumoso
de encajes y satén,
un flujo de pulsos y mareas,
anhelos de las curvas y los huecos,
saltos de botones asustados,
cremalleras que huyen
y dobladillos desdoblados.
Un amanecer sutil de vello y terciopelo.
Y después,
después,
la sangre que palpita,
la ola que golpea,
la bestia que acecha,
unos dientes que asían
morder,
arrancando gemidos
y suplicas
en el borde de todos los deseos,
el filo de todas las caricias,
ideas que entran,
sueños que salen
con esperanzas,
con promesas de precipicios
temidos y gozados.
El dibujo de una boca,
y las risas contenidas
desbordadas,
mantenidas.

Y una lágrima de dicha.