lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Qué nos pasa?

Puede parecer que andamos más perdidos que años atrás. Y para algunos es cierto. La publicidad avasalladora, los medios de comunicación que la propagan (incluyendo aquí las películas de cine y las series de la televisión) han vendido a muchos el “todo vale si te haces rico mientras eres joven”. Es el mensaje de fondo de la economía neoliberal. Así, los ejecutivos flamantes, los agentes de bolsa recién llegados, los nuevos banqueros de los últimos años arrasan con todo. Como siempre, pero ahora son más y lo hacen más rápido. Porque siempre ha habido usureros y desahucios, siempre ha habido políticos corruptos y caciques esclavistas… pero ahora son más y tenemos más medios para conocer lo que hacen y sus efectos en la gente.
No nos engañemos. No ha habido país que no haya explotado, arrasado y exprimido a poblaciones en un momento de su historia. Lo hicieron nuestros vecinos portugueses y lo hicimos nosotros, como los franceses, británicos, etc… Ahora lo hacen los norteamericanos, más o menos desde la Revolución Industrial, en primacía. Nuestro Imperio Español esclavizó, espolió y arrasó con toda la Suramérica que pudimos, hasta que llegaron los portugueses, franceses y alemanes y hubo que repartir algo del pastel. Aún a principios del siglo XX, teníamos, gracias a las empresas que algunos españoles creamos, el control de gran parte de la riqueza de aquellas tierras. Argumentamos, como hacen ahora los norteamericanos, que llevamos la civilización, la industria (la religión incluso) a aquellas tierras salvajes, en favor de aquellos humanos perdidos en sus ritos bárbaros. En verdad, fuimos a sacar y llevarnos todo lo que pudimos y todo lo demás son milongas. Exactamente como hacen ahora los yanquis en el próximo oriente, después de haber conquistado el resto del mundo. Ahora la excusa es el terrorismo y lo malo que es el islam. Antes eran las tribus de apaches y cheyenes que cortaban cabelleras. Nada nuevo bajo el sol.
Y es que muchos son así. Desde siempre. Si pueden acaparar riqueza, lo hacen. Y caiga quien caiga.
Pero ahora, si a alguien le echan de su casa, es probable que salga en  algunos medios de comunicación. Si al concejal le pillan con la mano en la caja, puede que se sepa en todo el país gracias a internet.
No es que esté la cosa peor o mejor que antes, solo que son más y se conoce más. Ahora al menos, con internet, si el político dice la tontería de turno, puede tener 297 comentarios en contra en cuestión de minutos y esos comentarios son leídos por más gente aún. Si se hace el bestia en medio de una borrachera y se mata a un animal, puede salir abucheado el agresor en las redes sociales.

Me parece bien, porque por lo que conozco, las opiniones mayoritarias de las redes (que pueden ser manipuladas, claro), suelen ir en contra de abusos y desmanes. Al menos, hay gente que puede hablar y denunciar los atropellos de otros, de forma pública. Durante siglos nos hemos ido cargando el planeta, los animales y las personas. Ahora, por lo menos, muchos lo sabemos.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Constance

Otra piel,
otro susurro tras los libros,
un taxi que pudo haber parado
y no paró
es otra historia,
otro roce sobre tus piernas,
unas palabras nuevas
diferentes.
La sonrisa.

Te acicalas
para otro,
con la esperanza
vana
de otros tiempos,
de cuando eras más bella
aún.

Deseando
una nueva pareja de baile,
unos pasos distintos,
el arrullo
de otro vaivén.

Así quedará
en el recuerdo de las caricias
que fueron,
de los deseos añorados,
como sueños
ahogados
en las olas
de los tiempos.

Pero él
te recordará
como la última primavera,
con tu mirada triste
de sirena.