miércoles, 17 de septiembre de 2014

Constance

Otra piel,
otro susurro tras los libros,
un taxi que pudo haber parado
y no paró
es otra historia,
otro roce sobre tus piernas,
unas palabras nuevas
diferentes.
La sonrisa.

Te acicalas
para otro,
con la esperanza
vana
de otros tiempos,
de cuando eras más bella
aún.

Deseando
una nueva pareja de baile,
unos pasos distintos,
el arrullo
de otro vaivén.

Así quedará
en el recuerdo de las caricias
que fueron,
de los deseos añorados,
como sueños
ahogados
en las olas
de los tiempos.

Pero él
te recordará
como la última primavera,
con tu mirada triste
de sirena.



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