martes, 28 de octubre de 2014

Explorador de sombras

Según huían las luces,
atisbé la llegada de las sombras,
reptando sobre adoquines sucios
y miradas apagadas.

Alguien gritó
y las voces
doblaron las esquinas
indignadas.

Era de justicia.

En un muro gris,
las letras negras
aún chorreaban
lágrimas de tinta opaca.

Contra la puerta
se agolpaban
muebles y cuerpos
para no salir
para que no entraran.

Una señora que lloraba.

Cuando cerró la noche,
solo quedó la casa
precintada.


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