viernes, 18 de marzo de 2016

El control de la cultura

Me parece importante que seamos conscientes de la situación actual que cualquier persona del mundo se encuentra, hoy en día, al intentar acceder a la cultura. El panorama es realmente desolador: si uno tiene dinero, ingresos sobrantes de la supervivencia básica - comida, ropa y refugio -, puede acceder a la cultura que unas corporaciones y colectivos le permitan con unas restricciones realmente voraces y perversas. Si tienes dinero para ello, si no, estás entre la multitud de seres humanos que no pueden “consumir” cultura y que por tanto no tienen derecho a ella. 
Y me explico con ejemplos sencillos. En la actualidad, uno podría pensar, en principio, que una obra como Don Quijote de la Mancha es - y debería ser - accesible a cualquier persona del mundo entero sin más limitación que su propia capacidad lectora. Pero no es cierto. Aunque los descendientes de Cervantes no estén reclamando derechos de autor, la copia, edición, traducción, etc. de esta obra sí que tienen derechos de propiedad intelectual. Alguien puede argumentar que gracias a internet este problema de acceso a tan magna obra sí que está garantizado, pero no olvidemos que estamos usando un equipo informático que en sí tiene un coste, una propiedad como obra tecnológica, y que además depende del acceso - o no - a la Internet. Aún así, con suerte, en una biblioteca de un pueblo asiático pongamos que sí, que hay un acceso gratuito y que se puede leer este libro de esa forma. Bien. ¿Es esta toda la cultura a la que la humanidad tiene derecho?. Parece que sí, que con la buena voluntad de algunas instituciones estas grandes obras y las similares - Shakespeare, Dickens, etc. - pueden ser disfrutadas por los seres humanos. Pero esa es toda la cultura que puede “gotear” a los pueblos que empiezan a poder a acceder a Internet, porque si damos apenas unos pasos hacia adelante o en otros ámbitos, el grifo se cierra para siempre. 
Concretando, nadie puede acceder a obras de Kafka, Vivaldi o los Beatles aunque lleven estos autores más de 100 o 200 o 500 años muertos. No porque la creación del libro o la partitura sean propiedad privada aún y no sean de acceso universal, si no porque cualquier edición de Kafka, concierto de Vivaldi o CD de los Beatles vuelve a privar ese uso y disfrute. Las multinacionales acaparan el uso en el tiempo y argumentan que sí, que realmente Beethoven es patrimonio de la humanidad, pero que los componentes de la orquesta, como interpretes tienen sus derechos - que es totalmente cierto - y por eso no se puede dar música de forma gratuita a los pueblos pues va en detrimento de los derechos de otros. Con lo cual, ¿qué nos encontramos?. Que todo es inaccesible y que solo la gente con gran poder adquisitivo tiene derecho a la cultura. Y esto, en los tiempos de Internet, es una situación muy grave que se mantiene en una especie de vacío legal que depende de la “cortesía” de las grandes corporaciones. Y me explico. Es cierto que hoy podemos ver y oír un concierto de música de Händel en YouTube… mientras la orquesta que interpreta, la discográfica, etc., no pida que retiren ese video. Esa especie de bondad divina y efímera no se refiere por supuesto a la música, el cine, la literatura si no al total de la cultura mundial. Las corporaciones, instituciones, colectivos en su avaricia y búsqueda del beneficio privatizan toda la cultura y la ponen solo al servicio de las clases que puedan pagarla y a los precios que ellas fijan. Pero creemos, a primera vista, que estas “migajas” de cultura son gratuitas sin tener en cuenta que para ver y oír un fragmento de una interpretación de 3 minutos de una sonata de Brahms, soportamos la publicidad de la página, pagamos por la compra del equipo informático, por el uso del proveedor a internet y el gasto de consumo eléctrico.

Esta rapiña, abuso, manipulación, explotación de los seres humanos ya está siendo señalada por muchas organizaciones, pero no tiene visos de que se vaya a terminar en un futuro cercano. No van a dejar de ganar dinero a paletadas porque nos parezca deleznable. Lo que me parece terrible es que los que elegimos como representantes, al servicio de los ciudadanos, les sigan el asqueroso juego. Señores, NO es legitimo comprar todo para siempre o caeremos en la aberración de la compañía que, teniendo el control del suministro del agua, impedía que se recogiera la lluvia.

2 comentarios:

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  2. Lamentablemente así es, cielo, la cultura sólo es para las personas que pueden costearlo, pagarlo, y tiene bastante de fondo, como el beneficio monetario que obtienen las personas que tienen "los derechos" para difundirlo o como lo es también, que a muchos no les conviene un pueblo culto, preparado y educado.

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