sábado, 6 de abril de 2013

Warm Springs



Acabo de ver la película para televisión (o telefilm) de la HBO sobre la superación de la polio (psicológica, que no física) de Franklin Delano Roosevelt. Bastante reacio a las producciones de este tipo (que suelen ser películas baratas que no pueden llegar a ser largometrajes, con escasos medios y un reparto de segunda fila encabezado por alguna vieja estrella en decadencia, dirigidas a amas de casa sensibles y aburridas) comencé a verla porque siendo minusválido físico afectado por esta enfermedad me intrigaba como habrían tratado el tema (en la actualidad, hay otras películas más antiguas sobre el personaje). Para mi sorpresa, se ciñen bastante a la posible realidad, aunque no puedan evitar los momentos de sensiblería, por otra parte muy comerciales en todas las producciones de este tipo. Por encima de ello, nos llega la figura de este hombre y su lucha contra si mismo (el principal enemigo de toda persona con algún tipo de discapacidad). Evidentemente los norteamericanos, muy amantes del mensaje "aquí cualquiera puede llegar a presidente", terminan remarcando como fue elegido para el cargo en tres ocasiones. Apartan a un lado su posición política y fortuna previas a la enfermedad, que se mencionan como de pasada, apuntando así a la grandeza del país y a la fuerza de los hombres norteamericanos (toma propaganda de la buena).
Lo que nadie puede evitar que trascienda es ese deseo de superación de cualquier ser humano, que Roosevelt tuvo por fuerza que conseguir y utilizar para sobreponerse a la tortura psicológica que produce una limitación física importante. Solo alguien que la padece entiende que es vivir entre "normales" en una sociedad pensada y construida para ellos. Incluso los familiares más cercanos no pueden sentir como se vive y se lucha contra la discapacidad, por mucha empatía y amor que por ellos sientan. Así, este señor consiguió vencerse así mismo de las secuelas de una enfermedad que aún tiene víctimas en occidente. En el resto del mundo -en África, sobre todo-, dada nuestra avaricia, la polio o Poliomielitis sigue causando estragos y rompiendo vidas para siempre.
Llevo 46 años luchando contra ella y reconozco que la guerra no terminará nunca, que el enemigo siempre estará ahí, al acecho para aprovecharse de los momentos de debilidad. Sabemos, los que padecemos minusvalías, como la la indiferencia y el desprecio de muchos -no todos, afortunadamente- nos hacen la vida mucho más difícil de lo que nos debería ser. El auto-castigo que nos imponemos unido a las barreras que la sociedad nos pone en el día a día suponen un desafío más grande que cualquier Everest que se ponga por delante. Aún así hay personas, como Roosevelt, más allá de las triquiñuelas cinematográficas, que consiguió superar las limitaciones internas y externas, mucho peores de las que una película pueda mostrar nunca, y que conocemos los que las sufrimos.
El mensaje de fondo, que no me parece mal, es que la disposición psicológica adecuada puede ayudar a que estas limitaciones no nos destruyan por completo. Se salga triunfante o no, la posibilidad existe y somos muy libres de cogerla o no (me parece muy respetable la posición de personas como Ramón Sampedro). Pero es muy importante recordar que está ahi.
No hace falta llegar a presidente de Estados Unidos. Solo basta levantarse y ser feliz en ese día.

(26/02/2008).

1 comentario:

  1. Y tú siempre te levantas y eres feliz cada día. Yo te admiro muchísimo, y he aprendido y, a tu lado, sigo aprendiendo e intentando ser mejor persona... ♥

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