jueves, 28 de febrero de 2013

Rosario

(Para "un ratón en la cocina").

Rosario, de la que no sé nada de ella desde hace años, estaba pegada con cemento a su silla de ruedas y a su 4º piso de un barrio madrileño, cuando la vi por primera vez.
Vivía con su madre y no podía salir de una vivienda a esa altura y sin ascensor. Era (es) una mujer inteligente y sensible, bella como pocas, pero amarrada con cadenas a la inmovilidad casi absoluta y terrible.
Recuerdo aún, emocionado, como le cambiaba su bello rostro cuando, con Dios y ayuda, la bajaban mis amigos a la calle por unas escaleras estrechas, interminables y asesinas. Supongo que para ella era como sumergirse en el espacio y contener la respiración para no ahogarse de alegría.
¿Se acuerda alguien de ella o vive sumergida en una casa que tiene que pesar como una lápida?. Espero que sí. Espero que pueda sumergirse en las calles, de vez en cuando, y ver que aún existe el universo y los semáforos, que la gente sigue vagando por las aceras, sin plantearse lo fácil y difícil que es caminar, y que el sol sigue saliendo para todos. No sé si conocerá el mar azul y verde, las grutas oscuras, las praderas verdes... más que por la televisión. No sé si sigue viva siquiera, pero ojalá haya encontrado esta ventana de Internet,... al menos. Para algunos esto no es un pasatiempo. Es la rendija de la puerta por donde ver, de alguna manera, qué hay más allá de la celda de la limitación impuesta.

Es algo serio, como lees, "un ratón en la cocina", como para frivolizarlo en un post no pensado.

(Publicado el 29/10/2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario