jueves, 28 de febrero de 2013

Sirenas

Sí, pensando en las sirenas y en como atraían a Ulises y a sus marineros con sus cantos embriagadores... pensaba en que no solo era el canto lo que atraía, si no aquellos largos cabellos negros y húmedos, que se secaban al viento cálido de las islas griegas... Aquellas manos que lo mismo tocaban cítaras que comían langostas... Aquellos brazos con algas verdes y perlas blancas como pulseras tintineantes y juguetonas... Aquellos rostros albos acariciados por olas y por sal... Aquellos pechos, duros y marinos, que darían leche de ballena triste... Aquellas colas escamadas que sugerían, en Ulises y sus hombres, las largas piernas de Penélope (porque seguro que los marineros se la querían pegar a Ulises con la mujer)...

En fin, sirenas varadas lejos de Copenhague... ¿En Argentina, quizá?... Sí, quizá... Tal vez se repartieron, como las piratas femeninas de los cantos sugerentes, por los Siete Mares...

(Publicado el 27/10/2005).

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