jueves, 28 de febrero de 2013

Sofía

Sofía, la reina... de corazones, en su pequeña torre marfil, estaba triste como si fuese más princesa que reina: "la princesa está triste, ¿qué tendrá la princesa?". Pues lo que todos: mal de amores... Como dicen los argentinos, necesitaba alguien "que le moviese el piso", que la pusiese triste, pero de ausencia. ¡Que paradoja!. Porque ella, Sofía, lo sabe todo, pero se olvida. Se olvida de lo maravillosa que es, cuando quiere, cuando se quiere, cuando se deja querer. Se olvida de lo guapa que está cuando sonríe y como le brillan sus preciosos ojos con chipas de felicidad. Pero hoy, se deja arrastrar como esas gotitas frías que caen del cielo hacia abajo, hacia abajo...
Te olvidas, Sofía, como funciona el juego. Si no te quieres lo suficiente, es difícil que te quieran. Alguien muy importante dijo: "amar al otro como a vosotros mismos"... Sí, eso dijo, no más que al otro, no menos, si no lo mismo. Creo que es uno de los mejores consejos que se pueden dar. Si no recuerdas toda la poesía que tienes, ¿cómo harás para que otros la vean?. Sé que hay alguien que solo espera tus besos. Sofía, tú lo sabes.

(Publicado el 28/10/2010).

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