miércoles, 13 de marzo de 2013

Descaradamente


Fotografía de Aleksasfi

"En amor, lo de menos son los insultos; lo grave es cuando empiezan los bostezos" (Enrique Jardiel Poncela, 1901-1952, escritor español).

Descaradamente le he robado a mi admirado amigo Peluche esta fantástica cita del insuperable Poncela, porque me da la impresión de que contiene una gran verdad. Creo que uno de los peores males que acechan al ser humano es el aburrimiento. Debido a él, al aburrimiento (no a Peluche -perdona el chiste fácil-), cometemos todo tipo de abusos y tropelías sin fin. ¿Cuántas guerras se podían haber evitado de existir antes la televisión?. Ni idea, pero seguro que muchas (aunque a algún guionista te apetezca asesinarlo). ¿Cuántos chavales hubieran evitado la delincuencia -o las drogas-de tener una playstation?. Ni idea tampoco, pero creo que bastantes también...
Pero como todo, esto tiene su lado negativo. ¿Hubiera compuesto Mozart sus sinfonías de haber podido ver el fútbol?. ¿Se hubiesen construido las pirámides pudiendo ver los faraones un episodio de "CSI: El Cairo"?. Lo dudo mucho, porque el aburrimiento también nos ha permitido crear maravillosas obras que sin duda son producto del aburrimiento extremo. Porque ¿cómo si no soportar la tediosa y eterna pintura del techo de la Capilla Sixtina por muy bien que quedara al final?. Solo por el aburrimiento del Papa de turno.
Con las parejas de humanos pasa exactamente eso. Todo empieza a derrumbarse cuando el otro (la otra) nos aburre y empezamos a pensar que, en realidad, sería más divertido estar en otro sitio o con otra persona. Ese es el principio del fin. Creemos que la vecina es más divertida o que la novia de tu amigo tiene más marcha. Evidentemente se trata de un espejismo que, de vez en cuando, oculta el aburrimiento de esa persona que deseamos y de la que también nos llegaríamos a aburrir... Porque o uno se lo sabe montar bien y está dispuesto al cambio y a la improvisación o el fin está próximo. Si no sabes sorprenderla (agradablemente), de vez en cuando, ella empezará a pensar "a este ya le conozco"... lo que digo: El principio del fin.

"Rompe la rutina y vivirás".

(Publicado el 16/04/2007).

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